Un prisma de dispersión es un tipo de prisma óptico que se utiliza para separar la luz blanca en sus colores componentes, creando un espectro. El prisma funciona refractando (doblando) los diferentes colores de la luz en diferentes ángulos a medida que pasan por el prisma. Este fenómeno se conoce como dispersión.
El prisma de dispersión generalmente está hecho de un material transparente, como el vidrio, con una forma triangular. El prisma tiene dos caras planas que son paralelas entre sí, y una tercera cara en ángulo, lo que hace que la luz se refracte a medida que pasa.
Cuando la luz blanca ingresa al prisma, se dobla por un ángulo conocido como el ángulo de desviación. Los diferentes colores de la luz, que tienen diferentes longitudes de onda, se refractan en diferentes ángulos, lo que hace que se extendan y formen un espectro. Los colores están organizados en orden de aumentar la longitud de onda, y el rojo tiene la longitud de onda y la violeta más larga que tienen la más corta.
Los prismas de dispersión se usan comúnmente en la espectroscopía, donde se utilizan para analizar la composición de fuentes o materiales de luz. También se pueden usar en sistemas ópticos para corregir la aberración cromática, que es un tipo de distorsión óptica que hace que diferentes colores de luz se concentren en diferentes puntos.